HUASTECA GLOBAL NEWS- 15 OCTUBRE 2024
El norte de Gaza, particularmente el campamento de refugiados de Yabalia, lleva 10 días bajo un asedio militar israelí que ha dejado más de 340 muertos y una crisis humanitaria de proporciones devastadoras. La población atrapada enfrenta constantes bombardeos, bloqueo de suministros esenciales y órdenes de evacuación imposibles de cumplir. En medio de este caos, los civiles sufren las secuelas de una guerra que no parece dar tregua.
Un asedio mortal que no da respiro
El conflicto en Gaza ha intensificado su ferocidad durante las últimas semanas, especialmente en el norte, donde los habitantes se encuentran bajo un cerco militar que cumple ya 10 días. La ofensiva israelí ha cobrado la vida de más de 340 personas, muchas de ellas civiles, mientras que miles permanecen atrapados en una región devastada. Esta es la tercera ofensiva en el área en un año, bajo el pretexto de acorralar a los milicianos de Hamás.
Mohamed Salha, director en funciones del hospital Al Awda en Yabalia, describió la situación como "otro genocidio dentro de la guerra de Gaza". Salha y su equipo han visto de primera mano los horrores de los bombardeos, ya que el centro que gestiona aún alberga tres cuerpos de los 10 muertos en un ataque reciente contra un centro de distribución de comida de la ONU.
El bloqueo agrava la crisis humanitaria
El asedio ha sido acompañado por un bloqueo total de suministros esenciales. Desde el 1 de octubre, la ONU no ha podido introducir alimentos, medicamentos ni combustible al norte de Gaza debido al cierre de los cruces fronterizos por parte de Israel. Aunque recientemente se permitió la entrada de 30 camiones con harina y otros alimentos, la ayuda es insuficiente para atender las necesidades de una población que sobrevive al límite.
Israel ha cortado también el acceso entre la Ciudad de Gaza y el norte, donde se estima que permanecen atrapadas unas 400 mil personas. A pesar de las órdenes de evacuación emitidas por el Ejército, solo 50 mil habitantes han logrado desplazarse, mientras el resto continúa resistiendo en medio de las crecientes hostilidades.
Historias de terror y resistencia
El clima de terror ha llevado a muchos gazatíes a expresar sus despedidas en redes sociales, conscientes de que los ataques más intensos suelen ocurrir durante la madrugada. Hussein, un joven de 29 años, compartió con la agencia de noticias EFE cómo él y su familia de ocho miembros han pasado días atrapados en su vivienda en Yabalia, sin comida suficiente y con los tanques acercándose peligrosamente.
"El cielo se ilumina en un tono amarillento por los bombardeos constantes. No podemos mirar por la ventana. Los tanques están más cerca a cada minuto", relata Hussein, reflejando el sentimiento de agotamiento y desesperación de muchos en Gaza. La mayoría de los habitantes de la franja han tenido que desplazarse múltiples veces en los últimos años, huyendo de la violencia solo para encontrar más destrucción.
Denuncias de organizaciones humanitarias
Organizaciones de derechos humanos han denunciado lo que consideran una estrategia deliberada del Ejército israelí para forzar el traslado de la población gazatí hacia el sur, aplicando lo que llaman el "Plan de los Generales". Este plan consistiría en usar el asedio y la hambruna como tácticas de presión para empujar a los civiles a abandonar sus hogares, mientras los que se quedan son considerados como simpatizantes de Hamás o milicianos.
Las declaraciones del Ejército israelí también han sido contundentes: "Allí donde vemos que Hamás se fortalece, seguiremos atacando", indicó una fuente de inteligencia israelí, señalando que las operaciones en el norte no cesarán hasta lograr sus objetivos.
Escuelas y hospitales, objetivos recurrentes
Entre los lugares más afectados por los bombardeos se encuentran instalaciones que, paradójicamente, deberían ser refugios seguros para los civiles. La escuela Hafsa en Yabalia, que albergaba a decenas de refugiados, fue bombardeada, dejando un saldo de tres muertos, entre ellos un niño. Este ataque se suma a una serie de incidentes similares que han convertido a hospitales, colegios y centros de distribución de alimentos en objetivos colaterales del conflicto.
¿Cuál es el futuro para Gaza?
El panorama para el norte de Gaza sigue siendo incierto y sombrío. La falta de suministros, la destrucción de infraestructuras y el desplazamiento forzoso han sumido a la población en una crisis humanitaria sin precedentes. La ONU ha advertido sobre el riesgo de un colapso total en la región si no se logra un acceso inmediato y sostenido a la ayuda humanitaria. Sin embargo, las perspectivas de una resolución diplomática se ven cada vez más lejanas.
A medida que el conflicto continúa, la comunidad internacional observa con preocupación los crecientes niveles de violencia y la desesperación de los gazatíes. La esperanza de alcanzar una paz duradera parece más esquiva que nunca, mientras la población civil sigue pagando el precio más alto.
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