Alemania, una nación conocida por su estabilidad, ha entrado en una crisis política sin precedentes. El gobierno de coalición del canciller Olaf Scholz se ha disuelto luego de disputas internas, resultando en el llamado a elecciones anticipadas el 23 de febrero de 2025. Esta inestabilidad política llega en un momento crítico para la primera economía de Europa, que ya se encuentra en una profunda crisis industrial y con una economía al borde de la recesión. La perspectiva de un regreso de Donald Trump a la presidencia de EE. UU. genera además preocupación sobre posibles efectos en el comercio y la seguridad global.
La ruptura de la “coalición semáforo”, que unía a socialdemócratas, liberales y verdes, ocurrió tras un desacuerdo en la aprobación del presupuesto de 2025, lo cual resultó en el despido del ministro de Finanzas, Christian Lindner. Esta crisis ha fortalecido al partido conservador CDU/CSU, liderado por Friedrich Merz, que según encuestas es el favorito para asumir el poder.
La inestabilidad en Alemania también podría impactar en la política exterior de la Unión Europea y en su apoyo a Ucrania, quien podría ver comprometido su respaldo militar. Las elecciones de febrero serán determinantes para el futuro de Alemania y su rol en la estabilidad europea e internacional.
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