Washington, EE.UU. – La Cámara de Representantes de Estados Unidos ha aprobado una controvertida iniciativa que exige a los ciudadanos estadounidenses presentar pruebas de ciudadanía para inscribirse en el padrón electoral. Esta medida, que ha sido impulsada por el Partido Republicano, busca reforzar la seguridad electoral y fronteriza, temas prioritarios para el partido en el año electoral.
A pesar de su aprobación en la Cámara con el apoyo de cinco demócratas, se anticipa que la medida enfrentará grandes obstáculos en el Senado, controlado por los demócratas. Además, el gobierno del presidente Joe Biden ha expresado una firme oposición a la iniciativa, alegando que ya existen suficientes salvaguardas para prevenir que los no ciudadanos voten en elecciones federales. Sin embargo, no se ha aclarado si Biden vetaría la ley en caso de que llegara a su escritorio.
La votación ha permitido a los republicanos resaltar sus preocupaciones sobre la integridad electoral y avivar las acusaciones del ex presidente Donald Trump de que los demócratas facilitan la llegada de inmigrantes ilegales para influir en las elecciones. Trump ha utilizado su plataforma Truth Social para instar a los republicanos a aprobar la Ley de Salvaguarda de la Elegibilidad del Votante Estadounidense, advirtiendo que la falta de acción podría llevar a consecuencias electorales significativas.
Investigaciones y auditorías en varios estados han demostrado que los casos de no ciudadanos que se registran y votan ilegalmente son extremadamente raros y generalmente se deben a errores. Sin embargo, los republicanos, liderados por el presidente de la Cámara, Mike Johnson, argumentan que incluso un pequeño número de votos ilegales podría alterar los resultados electorales.
La aprobación de esta iniciativa forma parte de una estrategia más amplia del Partido Republicano y de la campaña de Trump para cuestionar la validez de las elecciones futuras, especialmente en caso de una derrota. Johnson ha declarado que la oposición demócrata a la medida indica que el partido está a favor de permitir que los no ciudadanos participen en las elecciones federales, una afirmación que ha generado controversia y debate.
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