Un joven de 20 años, tímido y con problemas de visión, estuvo a punto de cambiar la historia de Estados Unidos al intentar asesinar a un expresidente. Thomas Matthew Crooks, oriundo de Bethel Park, Pensilvania, atentó contra Donald Trump durante un mitin en Butler, dejando al exmandatario levemente herido en su oreja derecha.
Crooks, utilizando un rifle estilo AR-15 que pertenecía a su padre, disparó ocho veces desde un tejado a unos 200 metros del evento. Los agentes del Servicio Secreto lo abatieron segundos después del ataque.
El joven, descrito por conocidos como víctima de acoso escolar, había sido visto cerca de los detectores de metales por la Agencia de Seguridad del Transporte (TSA), quienes informaron a la policía y al Servicio Secreto. Testigos también alertaron a las autoridades sobre un hombre armado en la azotea antes de que comenzaran los disparos.
En su vehículo y residencia se encontraron explosivos, aunque su potencia no ha sido revelada. Crooks, graduado en 2022 de Bethel Park High, era reconocido por sus habilidades en matemáticas y ciencias y había recibido una beca de 500 dólares.
Afiliado al Partido Republicano, Crooks planeaba votar por primera vez en las próximas elecciones presidenciales. A pesar de su afiliación política, había hecho una pequeña donación a ActBlue, un comité de acción política progresista.
La seguridad del evento ha sido cuestionada y el Comité de Supervisión de la Cámara de Representantes ha citado a la directora del Servicio Secreto, Kimberly Cheattle, para una audiencia el 22 de julio. Se busca entender cómo un joven sin entrenamiento militar pudo poner en jaque al país y casi cometer un magnicidio.
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