HUASTECA GLOBAL NEWS- 07 NOVIEMBRE 2024
A medida que Donald Trump se alista para su segundo mandato, China se prepara para enfrentar una renovada serie de tensiones con Estados Unidos en temas críticos como el comercio, la tecnología y el delicado asunto de Taiwán. La experiencia previa con Trump, que incluyó una guerra comercial y tensiones diplomáticas, ha dejado a Beijing anticipando un periodo de incertidumbre y posibles conflictos económicos.
¿Una nueva guerra arancelaria? Trump ha prometido imponer aranceles del 60% a las exportaciones chinas, lo que afectaría gravemente a la economía de China, ya golpeada por el desempleo juvenil, la deuda pública y una crisis en el sector inmobiliario. Según estimaciones de UBS, un arancel de esta magnitud podría reducir el crecimiento económico de China en un 2.5%. Durante su primer mandato, los aranceles estadounidenses llevaron a China a la mesa de negociaciones, y algunos analistas sugieren que, debido a su debilitada economía, China podría mostrar mayor apertura al diálogo esta vez.
El factor Taiwán y la amenaza de mayores sanciones La situación de Taiwán podría ser un punto de alta tensión. Trump ha advertido que, en caso de una invasión china a la isla, impondría aranceles de hasta 200% a los productos chinos. Aunque Estados Unidos no reconoce oficialmente a Taiwán como un país independiente, es su principal aliado en materia de defensa. Este apoyo ha incomodado a Beijing, y la posición de Trump podría intensificar la presión.
En su campaña, Trump recordó sus interacciones previas con el presidente chino, Xi Jinping, y dejó claro que considera su relación con él como una ventaja estratégica, especialmente en asuntos de seguridad regional. Sin embargo, Beijing confía en que Trump mantendrá la política de "una sola China" sin apoyar la independencia formal de Taiwán.
Tecnología y disputas sobre semiconductores
El sector tecnológico también podría ser escenario de conflictos renovados. Trump, que durante su primer mandato apuntó a Huawei, ahora se opone a la Ley CHIPS, que Biden implementó para reforzar la producción estadounidense de semiconductores. Mientras Estados Unidos trata de reducir su dependencia de las importaciones de chips, Taiwán sigue dominando la industria global, con una producción que abastece al 90% de los semiconductores más avanzados.
Trump acusa a Taiwán de "robar" la industria de chips de Estados Unidos y promete eliminar la Ley CHIPS, lo que podría intensificar las tensiones comerciales y tecnológicas entre Washington y Taipéi.
¿Un papel de mediador en conflictos internacionales? Además de sus planes comerciales, Trump podría intentar involucrar a China en la resolución de la guerra en Ucrania. Según Wang Huiyao, del Centro para China y la Globalización, China tiene una posición clave debido a sus vínculos comerciales tanto con Rusia como con Ucrania, lo que podría darle un rol de mediador en el conflicto.
Con estas dinámicas, el segundo mandato de Trump promete marcar un capítulo complejo en las relaciones sino-estadounidenses, donde la combinación de estrategias comerciales, tecnológicas y geopolíticas podría remodelar el panorama global en los próximos años.
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