Una multitudinaria protesta pacífica tomó las calles de Wellington, Nueva Zelanda, en oposición a una propuesta de reforma al tratado fundacional entre los maoríes y la corona británica. Más que una protesta, el evento fue una celebración de la revitalización de la identidad y el idioma maoríes.
Un movimiento por el futuro
Manifestantes, como Shanell Bob, destacaron que la lucha actual es una continuación del trabajo de sus ancestros y un legado para las futuras generaciones. Muchos viajaron durante días para participar en lo que se considera una de las mayores manifestaciones en favor de los derechos indígenas en la historia reciente del país.
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