Huasteca Global News - 14 de febrero de 2024
Un asombroso hallazgo paleontológico ha emergido en el sur de Francia, donde dos apasionados paleontólogos aficionados han desenterrado un tesoro de aproximadamente 400 fósiles excepcionalmente bien conservados, con una antigüedad de 470 millones de años. Este descubrimiento, que ha sido objeto de estudio por científicos de la Universidad de Lausana en colaboración con el CNRS y equipos internacionales, revela información sin precedentes sobre los ecosistemas polares del periodo Ordovícico.
El yacimiento, ubicado en Montagne Noire, departamento de Hérault, se destaca por su riqueza y diversidad. Además de presentar una fauna excepcionalmente bien preservada, contiene elementos blandos extremadamente raros, como aparatos digestivos y cutículas, en un estado de conservación notable. Este hallazgo proporciona una ventana única hacia los ecosistemas que alguna vez prosperaron cerca del Polo Sur durante el Ordovícico.
Los análisis preliminares llevados a cabo en la Facultad de Geociencias y Medio Ambiente de la Universidad de Lausana, junto con el CNRS y equipos internacionales, revelan la presencia de una amplia gama de vida marina, incluyendo artrópodos como milpiés y gambas, cnidarios como medusas y corales, además de abundantes algas y esponjas. Esta diversidad sugiere que la zona pudo haber servido como refugio climático para especies que escaparon de las altas temperaturas del ecuador durante aquel periodo de intenso calentamiento global.
Para Farid Saleh, investigador de la Universidad de Lausana y primer autor del estudio, este hallazgo proporciona valiosas lecciones sobre cómo los animales del pasado enfrentaron condiciones climáticas extremas. "El pasado distante nos brinda una perspectiva única sobre nuestro posible futuro cercano", señala Jonathan Antcliffe, coautor del estudio.
Los descubridores del yacimiento, Eric Monceret y Sylvie Monceret-Goujon, expresan su emoción por haber sido parte de este hallazgo trascendental. Después de décadas de búsqueda y exploración, su hallazgo marca el comienzo de un extenso programa de investigación que incluirá excavaciones a gran escala y análisis detallados de los fósiles. El objetivo es desentrañar la anatomía y los modos de vida de estas antiguas criaturas mediante técnicas innovadoras.
Este descubrimiento promete arrojar nueva luz sobre la evolución de la vida en la Tierra y abrir nuevas perspectivas en el campo de la paleontología, proporcionando una ventana única hacia el pasado remoto de nuestro planeta.
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