Boeing, el gigante de la aviación, enfrenta la posibilidad de una huelga devastadora mientras se prepara para negociar un nuevo contrato con su sindicato más grande, la Asociación Internacional de Maquinistas (IAM). Representando a 32,000 trabajadores en el estado de Washington, el sindicato ha estado preparando a sus miembros para una posible huelga desde 2019. Las negociaciones comienzan esta semana y, con la expiración del actual contrato en septiembre, muchos observadores temen un impasse que podría detener la producción y empeorar la ya difícil situación financiera de Boeing.
La compañía ya está lidiando con una serie de problemas este año, incluyendo un mayor escrutinio gubernamental tras la explosión de un panel en un 737 Max y una desaceleración en la producción. Una huelga prolongada podría afectar gravemente las entregas de aviones, exacerbando la crisis de liquidez que enfrenta Boeing.
El sindicato, que exige aumentos salariales significativos, la restauración de pensiones y mejores condiciones laborales, también busca un mayor control sobre la gestión de la empresa. Mientras Boeing se muestra abierta a mejorar salarios y beneficios, la posibilidad de una huelga sigue siendo alta, especialmente dada la creciente frustración de los trabajadores con la dirección de la compañía.
Con la incertidumbre en aumento, tanto la industria como los analistas financieros observan de cerca cómo se desarrollarán estas cruciales negociaciones.
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