HUASTECA GLOBAL NEWS- 09 SEPTIEMBRE 2024
A pesar de ciertos avances recientes, el mercado laboral mexicano continúa enfrentando importantes desafíos estructurales que Claudia Sheinbaum deberá abordar cuando asuma la presidencia el 1 de octubre. La Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) para el segundo trimestre de 2024 presenta una radiografía mixta: si bien los ingresos laborales promedio han mejorado, persisten profundas desigualdades, como la baja participación laboral femenina y una alta tasa de informalidad, que alcanza al 54.3% de los trabajadores.
La participación laboral femenina, que se sitúa en un 46.3%, es particularmente preocupante. Esta cifra contrasta con el 60.2% de la población total y refleja una brecha de género que se ha mantenido difícil de reducir. En comparación con economías similares, México sigue rezagado en este aspecto. Además, la informalidad laboral afecta gravemente a la seguridad social y a las condiciones económicas de millones de familias mexicanas. Los trabajadores en este sector apenas alcanzan a cubrir 1.5 canastas básicas, mientras que quienes están en empleos formales logran cubrir casi tres.
Mirando hacia atrás, los avances en gobiernos anteriores han sido dispares. Mientras que durante la administración de Felipe Calderón se redujo la brecha de género, la informalidad aumentó ligeramente. Bajo Enrique Peña Nieto, la informalidad laboral disminuyó, pero con menor impacto en la participación femenina. El gobierno de Andrés Manuel López Obrador mostró mejoras en ambos indicadores, aunque a un ritmo más lento que en administraciones pasadas.
Uno de los grandes retos del próximo sexenio será implementar políticas públicas eficaces que aborden estas fallas estructurales. Se espera que Sheinbaum promueva un Sistema Nacional de Cuidados para facilitar la inserción de las mujeres en el mercado laboral, junto con un plan que fomente la formalización del empleo informal, especialmente en sectores como el agropecuario y el trabajo doméstico. Sin estas medidas, la tasa de informalidad laboral podría mantenerse en niveles preocupantes para el 2030.
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