Debido a la falta de una ruta de escape en caso de accidentes una vez que la planta entre en operaciones. Situada a solo 50 metros de una zona habitada que incluye una escuela primaria y un jardín de niños, la proximidad de la refinería ha levantado alarmas entre expertos y residentes.
Ramsés Pech Razo, especialista en temas petroleros, ha destacado la necesidad urgente de instalar sistemas de monitoreo de la calidad del aire para medir las emisiones de azufre y asegurar que no se superen los límites establecidos por la Norma Oficial. La refinería, una obra prioritaria del gobierno de Andrés Manuel López Obrador, ha tenido múltiples fechas anunciadas para su puesta en marcha, siendo la última prevista para julio de 2024.
El proyecto, que ha requerido una inversión de entre 22 y 23 mil millones de dólares, enfrenta desafíos no solo técnicos sino también económicos. Pech Razo advierte que el municipio de Paraíso podría experimentar un colapso económico una vez que finalicen las obras de construcción, similar a lo ocurrido en Villahermosa en 2015.
Alfonso Baca Sevilla, alcalde electo de Paraíso y ex trabajador de Pemex, ha declarado su intención de exigir a Pemex un plan claro de protección civil que incluya rutas de escape y un protocolo de respuesta a emergencias que involucre a la comunidad local. Además, enfatiza la necesidad de estudios de impacto ambiental y la implementación de medidas de seguridad adecuadas.
La presidenta de Canaco-Villahermosa, Susana León, también ha expresado su preocupación sobre la falta de información y la necesidad de garantizar que la refinería opere bajo condiciones seguras. Con la refinería destinada a operar por más de cuatro décadas, la comunidad de Paraíso busca asegurarse de que se tomen todas las precauciones necesarias para proteger la salud y seguridad de sus habitantes.
コメント