Las autoridades israelíes han realizado la mayor incautación de tierras en Cisjordania en más de 30 años. Esta acción, declarada inicialmente como "zona militar", está destinada a la expansión de asentamientos de colonos.
La organización Peace Now informó que Israel ha aprobado la toma de 12.7 kilómetros cuadrados en el Valle del Jordán, marcando la mayor incautación desde los Acuerdos de Oslo de 1993. La expansión de los asentamientos refleja la fuerte influencia de la comunidad de colonos en el gobierno del primer ministro Benjamin Netanyahu, considerado el más religioso y nacionalista de la historia de Israel. El ministro de Finanzas, Bezalel Smotrich, ha sido un promotor clave de esta política, buscando consolidar el control israelí sobre territorios palestinos e impedir la creación de un Estado palestino.
Esta incautación conecta los asentamientos israelíes a lo largo de un corredor fronterizo con Jordania, socavando la posibilidad de un Estado palestino contiguo. Stéphane Dujarric, portavoz de la ONU, calificó esta acción como "un paso en la dirección equivocada", enfatizando la necesidad de una solución negociada de dos Estados.
La violencia de los colonos contra los palestinos ha incrementado desde el estallido de la guerra entre Israel y Hamás, con más de mil ataques reportados desde octubre, según la ONU. La reciente incautación se suma a otras de 8 kilómetros cuadrados en marzo y 2.6 kilómetros cuadrados en febrero, haciendo de 2024 un año récord en términos de incautaciones de tierra en Cisjordania.
Al declarar estos terrenos como tierras estatales, el gobierno israelí las alquila a ciudadanos israelíes, prohibiendo la propiedad privada palestina. Estas acciones han sido un obstáculo constante para un acuerdo de paz duradero, con la comunidad internacional considerando los asentamientos como ilegales o ilegítimos. Israel capturó Cisjordania, la Franja de Gaza y Jerusalén Este en la Guerra de los Seis Días de 1967, territorios que los palestinos reclaman para un futuro estado.
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