El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, enfatizó durante la clausura de la Cumbre de Río la urgencia de actuar frente al cambio climático y afirmó que la COP30, que se celebrará en 2025 en Belém, será la última oportunidad para evitar una catástrofe ambiental irreversible.
Lula destacó que el 80% de las emisiones de gases de efecto invernadero provienen de los países que integran el G20, subrayando la necesidad de avanzar hacia metas más ambiciosas para reducir emisiones y cumplir con los compromisos del Acuerdo de París.
“El mundo no puede llegar a la COP30 sin acciones concretas”, advirtió el mandatario, quien propuso la creación de un Consejo de Cambio Climático en la ONU para coordinar esfuerzos internacionales y superar la fragmentación actual en la lucha contra el cambio climático.
Brasil, anfitrión de la próxima COP, se posiciona como líder ambiental gracias a sus logros en la reducción de la deforestación del Amazonas en un 45% y el uso predominante de biocombustibles y energía limpia. Sin embargo, Lula advirtió que estos esfuerzos serán insuficientes si el resto del mundo no toma medidas drásticas para contener el calentamiento global.
La cumbre concluyó con un llamado a construir un planeta más justo y sustentable, dejando abierta la invitación a los líderes mundiales para trabajar en conjunto en esta causa urgente.
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