HUASTECA GLOBAL NEWS- 23 OCTUBRE 2024
La crisis migratoria en la frontera norte de México ha dejado a miles de migrantes en condiciones extremas, no solo por las dificultades para cruzar a Estados Unidos, sino también por los peligros que enfrentan en territorio mexicano. Las secuelas psicológicas, en particular el síndrome de estrés postraumático (TEPT), están afectando gravemente a aquellos que han sido víctimas de secuestros, abusos y explotación.
Asociaciones civiles como el Servicio Jesuita de Refugiados han alertado sobre el aumento de estos casos en la frontera, especialmente en Ciudad Juárez, uno de los puntos más críticos de la migración en el país. Sara Villegas Torres, abogada de esta organización, mencionó que los secuestros son el principal detonante de este trastorno entre los migrantes.
En julio de este año, 36 migrantes fueron secuestrados en Chihuahua en dos eventos distintos, según datos de la organización Alto al Secuestro, que reportó un total de 196 secuestros de migrantes en ese mes, lo que representó un incremento del 20% con respecto al mes anterior.
Historias como la de Cindy Vázquez, originaria de Honduras, reflejan el trauma que muchos migrantes padecen. Cindy relató cómo fue secuestrada junto a su familia y otras personas mientras intentaban cruzar México, y cómo su vida estuvo en peligro mientras sus captores exigían un rescate.
La situación es grave y las consecuencias psicológicas son profundas. El síndrome de estrés postraumático afecta a los migrantes con síntomas como pesadillas, ansiedad, problemas para dormir y dificultad para concentrarse. Este panorama refleja la cruda realidad de la crisis migratoria en México, que no solo implica riesgos físicos, sino también un impacto psicológico devastador para quienes buscan una vida mejor lejos de sus países de origen.
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