Nigeria ha sido escenario de una devastadora tragedia luego de que un camión cisterna cargado de combustible se estrellara y explotara en el estado de Jigawa, al norte del país. El incidente, que tuvo lugar en la noche del martes 15 de octubre de 2024 en la localidad de Majia, ha dejado un saldo fatal de al menos 140 personas fallecidas y otras 50 heridas. Las víctimas eran residentes locales que se habían congregado para recoger combustible derramado cuando ocurrió la explosión, lo que agravó la magnitud del desastre.
El camión cisterna circulaba por una carretera deteriorada en la zona de Taura, a unos 530 kilómetros al norte de Abuja, la capital de Nigeria, cuando el conductor perdió el control y provocó el siniestro. Según el portavoz de la policía del estado de Jigawa, Lawan Shiisu Adam, el accidente desató un potente incendio que envolvió a decenas de personas que estaban cerca del lugar, con la esperanza de obtener un poco de combustible. Las imágenes de la tragedia son impactantes, mostrando la magnitud de los daños y la desesperación de los equipos de rescate.
Nura Abdullahi, portavoz de la Agencia Nacional de Gestión de Emergencias (NEMA), informó que "más de 140 cuerpos fueron enterrados en una fosa común" y que se están llevando a cabo investigaciones para esclarecer las causas exactas del accidente y asignar responsabilidades. Los heridos, muchos de ellos con quemaduras graves, fueron trasladados a hospitales de las localidades cercanas de Ringim y Hadejia, donde están recibiendo atención médica.
Este tipo de tragedias no es nueva en Nigeria. Las explosiones de camiones cisterna son comunes debido al mal estado de las carreteras, la falta de regulación en el transporte de combustibles y la crisis económica que empuja a las personas a arriesgar sus vidas para recoger combustible en casos de accidentes. La tragedia de Majia pone de relieve la necesidad urgente de mejorar las infraestructuras y reforzar las medidas de seguridad para evitar futuros desastres.
La conmoción por la magnitud del suceso ha movilizado a las autoridades nigerianas, quienes han prometido revisar las políticas de transporte de combustibles y las condiciones de las carreteras para prevenir incidentes similares en el futuro. Sin embargo, la frecuencia de estas tragedias y el alto costo humano asociado exigen acciones inmediatas.
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