Durante la manifestación en la Ciudad de México con motivo del décimo aniversario de la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa, varios comercios y establecimientos en el Centro Histórico fueron vandalizados y saqueados. La movilización, que se llevó a cabo desde el Ángel de la Independencia hasta el Zócalo, dejó una serie de daños significativos en el área.
El grupo conocido como el "bloque negro" fue el principal responsable de los incidentes. Los manifestantes dañaron restaurantes, cafeterías y tiendas de ropa, rompiendo ventanales y causando destrozos en varios locales. En uno de los incidentes más graves, un grupo de encapuchados quebró los vidrios de una cafetería en Paseo de la Reforma, provocando un incendio en su interior. El Heroico Cuerpo de Bomberos logró extinguir las llamas antes de que se propagaran.
En otro ataque, un local de artículos tecnológicos fue saqueado, y en la calle 5 de Mayo, los integrantes del "bloque negro" forzaron la cortina metálica de una tienda de ropa, saqueando la mercancía y lanzándola fuera del local. Además, encapuchados prendieron fuego al mobiliario de un restaurante y lanzaron petardos contra un hotel en la avenida Juárez, causando daños en sus instalaciones.
Para impedir el acceso de los manifestantes al Zócalo, las autoridades colocaron bloques de cemento de más de un metro de altura. Aunque los integrantes del "bloque negro" intentaron mover estos bloques sin éxito, lograron superar otras barreras de seguridad, incluyendo vallas metálicas y dos filas de obstáculos adicionales, para llegar al Zócalo.
Las autoridades reforzaron la seguridad en el área con personal de la Secretaría de Seguridad Pública para proteger edificios gubernamentales como Palacio Nacional, utilizando una barrera triple para evitar daños mayores.
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